El último pupitre

Ya sabemos que empezaremos el 2011 con una nueva subida de la luz... y, al parecer, también del gas. Si no estamos bastante jodidos, ¡toma otra hostia en los morros!

Como muchos sabréis, lo que tenemos en España montado con las eléctricas da para escribir un libro entero (de ciencia ficción). Aquí podréis informaros un poco más del tema.

Yo tengo varias cosas que decir al respecto:

1. La primera es que lo de las subvenciones mal vigiladas, ya sea por incompetencia, bien por interés, huele demasiado. Y las del carbón más que ninguna otra.
2. Los tratos que hicieron el Gobierno (en aquel entonces del PP) y las eléctricas me parecen de dudosa legalidad y una vergonzosa manipulación de la población para sus propios intereses.
3. Alguien me puede decir que, engañados o no, tenemos que pagar nuestra deuda con las eléctricas (aunque fuera otro quien negociara esa deuda). Pero yo pienso, si el Gobierno exige esfuerzos a la población, permite EREs brutales, recorta derechos sociales, reduce el sueldo a funcionarios y hasta impone decretos donde antes había convenios laborales, todo ello con el fin de salir de la crisis, ¿por qué no hace lo mismo con las eléctricas? Por qué no intenta convencerlas como ha hecho con gran parte de la población al hacerles creer que ahora no es el momento para exigir lo que uno se merece. Recordemos, todo por el bien común. Claro, las grandes empresas, las de los dueños de España no son tontas, y nunca pierden.

Esperemos que el 2011 no sea tan oscuro como nos lo están preparando.

Me gustaría que la gente tomase perspectiva y dejara de cunfundirse a sí mismo y a los demás.

Hace tiempo que las grandes industrias que se lucran del arte (música, literatura, cine...) ponen el grito en el cielo alertando a la sociedad con eso de que la "piratería" acabará con la cultura. Además de hacerlo mintiendo, pretenden confundirnos utilizando la palabra cultura, que abarca mucho más de lo que a ellos les compete. Esta gente debería restringirse a utilizar la palabra arte (que por cierto, ya les queda sobradamente grande).

La "piratería" no puede acabar con el arte, sólo puede acabar con la Industria que se lucra de él y con todos esos artistas de profesión y no de corazón (porque cambiar de profesión es más sencillo que cambiar el alma). Si alguien está torpedeando al arte, esa es esa industria, pues chulea y pone trabas a los verdaderos artistas mientras ensalzan a aquellos que sólo forran carpetas de adolescentes.

Un artista lo seguirá siendo siempre, viva o no de su arte, porque necesita expresarse con él, porque es parte de él. No lo hace por dinero, eso es sólo un muy buen complemento, pero no el fin.

Hoy Van Gogh tendría su buen público gracias a Internet y los malvados sistemas P2P pero en su época pasó inadvertido, ¿murió su arte?

¿Habéis visto el último anuncio de Nike?

¿Ilumina tu país? ¡Y una mierda! ¿De Nike? ¡Y una mierda!

Esto es obra de las compañías eléctricas para que nos olvidemos de la subida en enero:

El Chiste de Mel - Súbase la Luz

Yo ya he hecho mi predicción para 2011.

Si la cara es el espejo del alma podríamos decir que la televisión es, en cierta medida, una de las caras de un país. Echándole un vistazo a nuestros flamantes canales digitales podemos echarnos a llorar, bien por la escasa calidad, bien por el pensamiento único que se está imponiendo.

Pero si no os hacéis una idea de la triste situación quizá os resulte más claro con otro ejemplo: encended vuestra televisión y cambiad al canal de noticias CNN+ ¿Qué véis? ¡Exacto, Gran Hermano 24 horas! Las gracias a tu tele amiga, que está fagocitando al Grupo Prisa a velocidad de vértigo

Podemos decir, que nuestra televisión y nuestro país están en la fase más repugnante de esa metamorfosis. ¿Llegarán alguna vez a hermosa mariposa?

Con este panorama que nadie se extrañe si la cosa acaba así:

Por fin podemos anunciarlo: ¡ha llegado el fin de la crisis!

La economía vuelve a reactivarse, los españoles han recuperado sus trabajos y han mejorado sus pésimas condiciones laborales.

Ya no quedan corruptos, indecentes ni incompetentes al frente de sindicatos, gobiernos ni grandes empresas y bancos.

¡¿Qué?! ¿Que no cuela?

¡Mierda! ¿Cómo os habéis dado cuenta de la inocentada? ¿Quizá por esto? ¿Por esto otro? ¿O porque ya nos creemos en los reyes magos ni Papa Noel?

A partir de enero:

...Y en un futuro no muy lejano:

Tengo la teoría de que seguimos siendo niños mientras no se demuestre lo contrario. Creo que lo de ser maduros es tan complicado que intentamos dejarlo para lo imprescindible (ya sabes, para todo lo demás, Peter Pan).

No obstante, dicen que el primer paso hacia la madurez es la pubertad y que lo marcan las hormonas. A mí me gusta más eso de yo soy yo y mis circunstancias y por ello opino que cualquier persona puede dejar de ser niño o volver a serlo según los sucesos que se crucen en su camino. La triste realidad dice que hay demasiados menores que, obligados por sus circunstancias, se hacen adultos a una edad muy temprana. Pero en eso que llamamos primer mundo el paso generalizado de la infancia a la pubertad se da con el primer y triste descubrimiento: ¡los Reyes Magos no existen!

Para mi sobrina este año será su primera Navidad sin esa magia. Hace poco me ponía en un aprieto al hablarme sobre sus sospechas, y lo hacía encomendándose a las muchas veces que le he hablado de la importancia de la verdad. Al intentar huir remitiendo esa pregunta a sus padres, no hacía otra cosa que corroborar su teoría. Por tanto, tras unos días de dudas, de lucha interna entre fe y amarga realidad, de consultas varias y de cabos sueltos que se van atando, llegó a la conclusión final perdiendo un poquito de esa magia de ser niños. No ha sufrido un gran shock al descubrir la verdad pero lo cierto es que acaba de toparse de lleno con un trocito de realidad. Seguramente en el futuro descubra que ésta es la primera de un sinfín de mentiras y desilusiones que tendrá que afrontar, a cada cual más difícil de aceptar.

Yo descubrí que los reyes eran mis padres demasiado pronto y puede que eso me haya costado una buena cantidad de regalos, no en vano, la verdad a menudo tiene un alto precio. Cuando uno se topa con una de estas dudas razonables debe decidir si quiere abrir bien los ojos o si prefiere creer en el mago que saca el conejo de su chistera mágica. No obstante, en ambos casos se suele dar algo a cambio y en muchas ocasiones, aún conociendo los artificios, uno se suele comer el truco sin rechistar.

No sé qué camino seguirá mi sobrina. Si elige ver y saber descubrirá que el príncipe azul no es más que un engreído niño malcriado. Que los vaqueros no eran tan buenos y que los indios no eran tan malos. Que ciudadano es un eufemismo de recurso humano, de peón en manos de un sistema que no dudará en sacrificarlo si así lo requiere. Que la mayoría de políticos son profesionales sin ideales, lacayos en manos de aquellos que juegan la partida. Que hay algo más difícil que ser ciudadano llamado inmigrante. Que hay algo aún más sufrido que ser inmigrante, que pocos nombran y a pocos importa, al que roban, asesinan y dejan morir, y que nosotros, los buenos, ayudamos a sus verdugos.

Por el contrario puede que siga el desvío hacia Nunca Jamás, donde no querrá saber quién tira los dados y, pese a todo, seguirá dentro del tablero.

Ojalá no hiciera falta dejar de ser niños. Ojalá no fuera necesario perder esa inocencia. Pero desafortunadamente, creo que cada día que pasa se necesita con urgencia más adultos. Gente responsable y cabal para evitar que la partida arroje unos pocos vencedores y demasiados vencidos.

Sí, ya están aquí los temibles villancicos. La verdad es que nunca soñé sobrevivir tanto a esa terrible musiquilla que se cuela en la cabeza para atormentarte horas después de la infección. Siempre pensé que a estas alturas de mi vida ya me habría auto-mutilado los tímpanos.


Pero no sólo los villancicos vuelven a casa por Navidad como el Almendro, también vuelve la mayor campaña comercial del año. Se supone que la crisis mermará la fiebre navideña aunque intuyo que muchos nos agarremos al carpe diem para gastar los pocos cartuchos que nos queden. ¿Qué harás tú? ¿Serás austero o te arrojarás a la fiesta como si fuera la última Navidad en la que puedas hacerlo?

Quién sabe si por última vez, este año vendrán de nuevo los reyes magos (que conste que no son Juan Carlos y Sofía, aunque tener tantos vasallos con el rollo de ser campechanos parezca arte de magia). Quién sabe si atenderán tus deseos más desesperados. Quién sabe si vendrán los tres o si Baltasar será deportado. Quién sabe si podrán llegar a tu casa o si les embargarán antes los camellos. Quién sabe, quizá te los encuentres en la cola del INEM.

¿Habéis comprado ya la lotería de Navidad? Si queréis jugar y aún no habéis comprado, ¡rápido, que se sortea mañana! Pero cuidado, que hay tormenta y hay más probabilidades de que nos caiga un rayo a que nos toque la lotería. Aunque sí es cierto que las posibilidades son mayores en la de Navidad, tampoco se acercan a eso que algunos dicen sobre que hay el 50% de probabilidades: o te toca o no te toca :-)

De todas formas, es mucho mejor ir sobre seguro y jugar a medias con esos grandes ganadores, como os recomendaba aquí. Si no habéis tenido esa fortuna ya sólo os queda encomendaros a vuestros santos, números mágicos, amuletos o rituales favoritos.

Tanto si jugáis por compromiso, por tradición, por fe o por si acaso, os deseo mucha suerte. En cualquier caso, ya sabéis que a los perdedores siempre nos quedará la, de sobra conocida, salud.

1. El Dinero cavó un pozo con avaricia desmedida y malas artes. Para ello nos animó a gastar y gastar.
2. Tanto creció el pozo que El Dinero tropezó y cayó dentro.
3. Sus lacayos asustaron a la población para conseguir la ayuda necesaria. Los tontos fuimos en su ayuda, ignorando la evidente realidad de que, para el rescate, nos robarían lo poco que nos quedaba.
4. Una vez rescatado, El Dinero nos reprendió porque habíamos gastado demasiado.
5. Ahora el dinero nos acosa.
6. Sus marionetas nos llaman vagos e improductivos.
7. Nos piden un nuevo esfuerzo.
8. Nos imponen sus decretos y "reformas".
9. Nos vuelven a robar dinero y derechos sociales.
10. Todo ello para cavar un nuevo pozo.

Llaman al pozo refundación del capitalismo. Yo lo llamo fosa común.

A muchos nos asustan las dictaduras militares pero quizá me asusta más esta "democracia" militarizada.

Feliz estado de alarma - El chiste de Mel

Y, como no hay más ciego que el que no quiere ver, sé que aún sigue habiendo muchos ciegos que se alegran de la situación de los controladores. E incluso pensarán que debería extenderse a muchos otros sectores, eso sí, nunca el nuestro, que nosotros somos el único español decente, ¿verdad?

Hace tiempo que cualquiera que desee ver la realidad, no necesita esforzarse mucho para contemplar la dictadura a la que nos somete el Dinero y que gestionan nuestras marionetas políticas (eso sí, con sus buenas pensiones).

Cuando todos teníamos trabajo y parecía que el mundo era maravilloso (aunque supiéramos que se limitaba a pocos países) esa dictadura no se dejaba notar pero ahora que el Dinero tiene miedo la dictadura se deja ver en todo su esplendor, empobreciendo a la población (paro, recortes salariales, subidas de servicios energéticos), robándole lo que es suyo (privatizaciones), recortando la libertad (represiones policiales y militares, censura, propaganda política)...

Como ya voy para viejo, sólo empiezo a recordar refranes como ese que dice "cuando la barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remoja".

Tras mucho criticar al Gobierno español, al final le tengo que dar la razón en algo. Estoy totalmente de acuerdo en prorrogar el estado de alarma para garantizar el tránsito aéreo. Claro que sí, si se están comportando como dictadores porqué no usar las armas favoritas de cualquier dictador que se precie: propaganda, coacción, miedo, ejército, la fuerza...

Además, el estado es de alarma, ciertamente. Los recortes sociales que Zapatero y su pandilla han realizado en apenas un año es una barbaridad así que estoy de acuerdo en que la situación es muy alarmante. Y lo peor es que no parecen tener límites en su expolio de derechos.

Yo extendería el estado de alarma a todos los sectores y pondría a trabajar a los militares en los puestos de todos los españoles. Y al que no le guste que se vaya a otro país.

Y toque de queda por las noches, menos en los centros comerciales, evidentemente, que esta dictadura es moderna.

Como este mundo parece sacado de un mal chiste he intentado encontrar una absurda explicación afín a la broma.

Ahora, mucha gente no se limita a tragarse los telediarios de la televisión y utiliza Internet para informarse. No intentaré explicar qué es realmente Internet así que aceptaremos la creencia popular, es decir, que Internet es eso que sale al hacer clic en el icono de la "e" (algunos en el zorro). Y lo que suele aparecer es un buscador (Google, Yahoo, Bing...) preparado para escribir lo que se quiera encontrar.

Por tanto, como la gente usa los buscadores para encontrar cualquier cosa en Internet, si queremos tener buena imagen tenemos que hacer que nuestras noticias positivas salgan antes que las negativas en esos buscadores (un claro ejemplo es la guerra que hubo con la SGAE y su reputación de ladrones).

En ese universo absurdo que he intentado recrear en mi mente serían completamente lógicas las irónicas situaciones con las que nos topamos últimamente. Un ejemplo claro es el de Conde-Pumpido, fiscal general del estado español, a quien hace poco los famosos cables de Wikileaks retrataban al revelar que entorpeció las causas judiciales abiertas en España contra de políticos y militares norteamericanos, como el "caso Couso", los vuelos de la CIA o las torturas en Guantánamo. Este señor (y el Gobierno detrás de él), supongo que en su huida hacia delante, se atreve a acusar de sedición a los controladores aéreos. Quizá lo haga para confundir a los buscadores y conseguir que aparezca esta noticia antes que la que lo sitúan a él como presunto criminal, no sólo de sedición, sino de delitos mucho más graves. En un universo tan absurdo todo es posible.
Otro caso similar es el de EE.UU., cuyo gobierno lleva manipulando y controlando la vida de todo el planeta y que ha aparcado su adornada guerra contra el terror para perseguir a quienes revelan la verdad. Y claro, como canta a leguas que se pasa la libertad de prensa por el forro de los cojones únicamente para que prevalezca su hegemonía y que sus mentiras vergonzosas queden a buen recaudo, supongo que pretenderá crear esa cortina de humo en los buscadores de Internet siendo el anfitrión del Día Mundial de la Libertad de Prensa.

Reír o llorar, he aquí el dilema cuando nos topamos con noticias tan curiosas y absurdas. Por suerte, por ahora podemos seguir informarnos y contrastar noticias para saber las ridículas artimañas de los poderosos. El problema es que esas acciones, pese a no parecer muy inteligentes (supongo que debido a problemas de genética endogámica en los círculos de poder) por persistentes y demasiado numerosas acaban por confundir a la población.

Al salir del submundo que he creado en mi mente para explicar estas situaciones, deduzco que la razón de estas irónicas noticias es lo de menos ya que lo realmente grave es que nuestros Gobiernos cometan delitos flagrantes. Por suerte, hay mucha gente que sigue trabajando por la verdad y la justicia.

Parece ser que EE.UU. ha dejado a un lado todos sus asuntos internacionales para centrarse en un nuevo objetivo.

Ni su preocupación por el desarrollo nuclear de Irán, ni los conflictos entre las dos Coreas, ni su antigua propaganda buscando a Osama. Lo que acapara toda la atención de EE.UU. ya no es la búsqueda de armas de destrucción masiva "convenciendo" a la población mundial con "precisos" dibujos de camiones al servicio de la maquinaria bélica de Irak. Ahora tiene entre ceja y ceja un peligro mayor. Algo que parecía extinto ha resurgido de nuevo para amenazar la estabilidad mundial: ¡un medio de comunicación independiente!

Wikileaks se ha convertido en la mayor amenaza para esos que tras la máscara de todo por el pueblo, tienen la fea cara de la ambición desmedida mezclada con desvergüenza. Ni Bin Laden ni leches, el peligro público número uno en estos momentos es Julian Assange, que con su web Wikileaks ha activado el DEFCON 1 en las grandes potencias.

Peor que cualquier enemigo son, sin duda, las verdades incómodas. Pero tras años confiando en que los medios de comunicación estaban bien atados, de repente las alarmas han hecho que se decida de una vez comenzar el bombardeo al enemigo principal. Parecía extraño que el ataque no hubiera llegado antes aunque desde el Pentágono se permiten el lujo de soltar una chulería más que pone de manifiesto que el egocentrismo extremo priva de sensatez y de vergüenza.

La guerra ha estallado y Wikileaks comienza a notarlo. De momento hemos podido ver cómo Amazon ha echado a Wikileaks de sus servidores desmarcándose así de la pelea y dejando claro que su intención no va más allá de ser una empresa exitosa. Los ataques no terminan ahí aunque parece que Wikileaks estaba preparada para los lógicos ataques y resiste, por ahora gracias a un dominio suizo (wikileaks.ch). Además, con buen criterio, parece que Assange tiene un "salvoconducto" para evitar mayores ataques.

¿Quién dará el próximo golpe? ¿Reaccionaremos?

Cuando empezamos a creer que nadie hace nada por nadie, cuando pensamos que no merece la pena nadar contra corriente, cuando lo damos  todo por perdido siempre aparecen esos pequeños grandes héroes que nos dan esperanzas en la Humanidad.

Algunos de esos héroes son estos 200 jóvenes de 18 años se han negado en los últimos años a prestar el servicio militar en Israel para no ser parte de la "ocupación" palestina.

A estas alturas, de todos es sabido que las democracias del mundo están por debajo de eso que llaman los mercados. Y todos sabemos también que no es más que el eufemismo con el que referirse a esos cuatro que manejan los hilos de nuestras vidas.

Después de que esas fatuas parcas hayan provocado una crisis descomunal a nivel mundial y como no hay nadie dispuesto a plantarles cara, pretenden que acatemos sus decisiones para salir de esa misma crisis. Si piensas que esas decisiones sólo sirven para que ellos salgan de la crisis más reforzados, aún estás en lo cierto. Nosotros perderemos lo poco que nos queda por medio de nuevas privatizaciones y de nuevos recortes de derechos y libertades sociales.

La pasividad mundial ante estos tiburones es tal que su hambre desmedida acabará por devorarnos a todos y quedarse sin más recursos que engullir.

Cuando alguien tan opulento sigue en su trono después de haber hecho las cosas muy mal y haber sido públicamente destapado como el culpable de esta situación, se embriaga de poder a niveles insospechados. Sólo de un borracho se pueden esperar semejantes majaderías y sólo de una población tan ilusa y sometida se puede esperar que no reviente ante tales abusos. Porque se me acaban los términos para describir tales incoherencias: nos piden que reduzcamos todo el gasto posible y aún así nos piden que nuestra economía crezca.

Si se nos pide que nos arrojemos desde un noveno piso y salgamos volando el único final posible es el evidente desparrame de sesos en la acera. Y eso es precisamente lo que esperan los mercados, que nos desparramemos para poder ellos recoger las sobras y engordar aún más sus sebosas y podridas entrañas.

¿Y qué hacen los gobiernos, títeres de tan asquerosos señores? Hacen lo mismo con sus recursos humanos, quiero decir, sus ciudadanos. Es decir, recortarnos derechos, libertades, salarios, robarnos el patrimonio del Estado para dárselo a manos privadas, empeorar los servicios públicos para hacerlos débiles frente a los privados... Pero no se detienen ahí, tras apretarnos el cinturón de manera que nada nos pase ya al estómago, tras taparnos la boca para que no protestemos, tras confundir nuestras conciencias con falsa solidaridad, tras robarnos las esperanzas, después de todo eso nos instan a ser más productivos y nos arengan al consumismo para recuperar la economía. ¿Te parece un sin sentido? Lo es. Todo esto no es más que un guión absurdo escrito por sucias manos y que por el momento seguimos al pie de la letra hasta el apoteósico final, un final en el que los buitres comerán carroña en la acera.