El butano me inflama

Posted: 15/10/11 by Dat in Etiquetas: ,
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  1. Octubre de 2009: una bombona de Repsol butano cuesta nada menos que 10,69 €.
  2. Si entonces ya podríamos creer que era bastante cara, en enero de 2010 sube a 11,05 €. Supongo que en la cuesta de enero del maldito 2010 la bombona resultaba más pesada, aunque para mí que cada vez vienen más vacías.
  3. Tan sólo pasan cuatro meses y abril nos sorprende con un nuevo precio de 11,68 €.
  4. No, no os vayáis aún, que la historia continúa pues en junio se pone en 11,70 € para acomodarnos la otra mejilla a la nueva hostia que nos darían en agosto, un puñetazo de 12,45 €.
  5. Noviembre nos visita con una sonrisa, eso sí, nos la cobra a 12,80 €.
  6. Y cómo no, nuevo año, nuevos pobres, en parte gracias a que el 2011 nos acoge con nueva subida de la naranja gaseosa: 13,20 €.
  7. En abril aguas mil y en 2011 la lluvia viene con nuevo ascenso de las temperaturas, digo de la puta bombona: 14 € (precio redondo que duraría poco).
  8. En julio de 2011 aprovechamos que el calor no se ha ido del todo y nos colocamos en 14,80 € (casi ná).
  9. Y llegamos a nuestros días (octubre de 2011) situándonos en un bonito 15,10 € (más de 2500 de las antiguas y añoradas pesetas).
Resumiendo:
  • Precio de una bombona de butano el 8 de octubre de 2009: 10,69 € 
  • Precio de una bombona de butano el 14 de octubre de 2011: 15,10 € 
  • 4 subidas de precio al año.
  • En sólo 2 años una subida de más del 40%
Y no hay que ser muy listos para saber que la próxima sorpresa llegará como muy tarde en enero de 2012. ¡Y el gas natural me da más miedo aún!

Disfruto con las victorias de Pedrosa y Marc Márquez como el que más, pero Repsol ya me está tocando la moral. Ya entiendo las señales de precaución de estos materiales porque lo que inflaman son las pelotas.

Majaderos

Posted: 6/10/11 by Dat in Etiquetas: , ,
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Lo que más me jode de que la gran boda esté hasta en la sopa no es tener que cambiar de cadena, sino contemplar una vez más a la estupidez humana, esa eterna compañera que no se conforma con hacer que la mayoría seamos meras herramientas para enriquecer a unos pocos, no, necesita que seamos lacayos admiradores de los nobles culos que estamos lamiendo, dóciles perros que agitan la colita esperando recibir las sobras del gran banquete de su dueño.