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Si la cara es el espejo del alma podríamos decir que la televisión es, en cierta medida, una de las caras de un país. Echándole un vistazo a nuestros flamantes canales digitales podemos echarnos a llorar, bien por la escasa calidad, bien por el pensamiento único que se está imponiendo.
Pero si no os hacéis una idea de la triste situación quizá os resulte más claro con otro ejemplo: encended vuestra televisión y cambiad al canal de noticias CNN+ ¿Qué véis? ¡Exacto, Gran Hermano 24 horas! Las gracias a tu tele amiga, que está fagocitando al Grupo Prisa a velocidad de vértigo
Podemos decir, que nuestra televisión y nuestro país están en la fase más repugnante de esa metamorfosis. ¿Llegarán alguna vez a hermosa mariposa?