El último pupitre

Al comprar una casa comienza un largo período de cambios en la misma. Todos somos diferentes y a cada uno le gusta tener las cosas en sitios diferentes y de manera variada. Un claro ejemplo lo tenemos en la cocina. En mi opinión, la cocina es la estancia de la casa en la que más intentamos marcar nuestros gustos y tendencias.

También hay otras reformas que, en mayor o menor medida, suponen un verdadero quebradero de cabeza, como los cuartos de baño, el suelo, la calefacción, la instalación eléctrica...

Y en eso estamos ahora en media España, cambiando la instalación eléctrica. A veces, el antiguo dueño de la casa lo es desde hace tanto tiempo que la tiene inundada de enchufes inservibles, y claro, esos enchufes están cagados de miedo por la llegada del nuevo dueño. Un nuevo señor, que se regodea tanto en esa palabra, que acaba manipulando la casa a su antojo sin pensar en la gente que pueda vivir allí.

Y claro, pese a lo que podríamos esperar (que se reparase de una puñetera vez), al final lo que contemplamos es cómo siguen inundando de enchufes las casas que no cambian de manos, mientras que lo único que hacen en sus cortijos los nuevos dueños es cambiar los enchufes de sitio.

De nosotros depende estar despiertos, presionando siempre al señor, nuevo o antiguo, para recordarle que somos los que vivimos en la casa y los que pagamos todos los gastos. Para recordarle que sabemos acampar si es necesario y que si no repara el sistema de una vez, se va a llevar un calambrazo.

Por ser una reivindicación pacífica.
Por ser ejemplo de organización eficaz.
Por la limpieza.
Por el respeto.
Por el civismo.
Por ayudar a quién más lo necesita. 
Por el carácter humanista.
Por la solidaridad inundándolo todo.
Por el trabajo de todos. 
Por la pluralidad.
Por apostar fuerte.
Por permanecer en silencio.
Por gritar.
Por quitar la venda de muchos.
Por ver la ilusión en los ojos de los niños.
Por ver la ilusión en los ojos de los jóvenes.
Por ver que la ilusión sigue ardiendo en los ojos de los mayores.
Por la rebeldía.
Por la valentía.
Por la lucha.
Por la libertad.
Por la sensación de vivir algo inmenso.
Por el regalo de esta mágica semana.
Por la esperanza de que sólo sea el comienzo.

Por todo, a mí me vale.

Panorámica de la acampada en Sol del 20M

Gracias a todos por regalarme esta sensación, por tener la suerte de haberlo vivido en persona el fin de semana y por seguir viviéndolo desde la distancia.

A veces la realidad supera a nuestros mejores sueños

Tanto quejarse de que la juventud no se mueve y ahora pocos se atreven a reconocer el mérito y valor que tienen los que lo han hecho. Tras las manifestaciones del pasado 15 de mayo, ahora surgen espontáneamente nuevos movimientos.

Para mí ya son unos héroes esos que han pasado la noche en la Puerta del Sol de Madrid para protestar y luchar contra un sistema corrupto, un sistema lleno de políticos a sueldo de los grandes capitales y que sólo escuchan lo que sus amos les ordenan.

Además, estos héroes lo han hecho de forma pacífica, resistiendo sin violencia, permaneciendo inmóviles para defender el movimiento. El movimiento de los que ya están cansados de tragar mierda.

Esto acaba de empezar y espero que no termine nunca. Espero que la gente aprenda que tiene que ser ella la que dirija sus vidas, y para ello debe estar activa, participando de las decisiones y recordando que estamos atentos. El movimiento ha comenzado y eso es lo que da más miedo a los reaccionarios.

Más información, cómo no, en Internet:
http://democraciarealya.es/
http://www.nolesvotes.com/
En Twitter usando los hashtags: #acampadasol #spanishrevolution