Parece ser que el seguimiento de la huelga general fue muy desigual y que no tuvo gran repercusión en muchos sectores.
El siempre presente miedo al despido, el egoísmo, la crítica situación económica de cada uno, el desencanto con los sindicatos (principalmente CCOO y UGT) y miles de razones y excusas han dejado algo huérfana a la huelga, la primera oportunidad que nos dábamos en esta crisis en la que nos hunden cada vez más. De la situación actual saco estas conclusiones:
- El Gobierno lo está haciendo mal;
- La oposición lo está haciendo mal;
- La CEOE, los grandes empresarios y muchos pequeños lo están haciendo mal;
- Los sindicatos mayoritarios (UGT y CCOO) lo están haciendo mal;
- Los medios de comunicación lo están haciendo mal;
- Y, por último, el ciudadano de a pie también lo está haciendo mal.
Hemos perdido las ganas de pelear. Unos pocos llevan toda la vida luchando pero otros se han cansado pronto, por no recibir apoyo, por no ver resultados... Pero lo cierto es que la mayoría nunca se ha movido mucho y es que el sistema es un sofá muy cómodo. Pensamos que con votar ya hemos cumplido y le pasamos la pelota a los políticos para que hagan lo suyo. Y ahí está el problema, que hacen lo suyo. Y los sindicalistas corruptos hacen lo suyo, y el empresario hace lo suyo, y mi vecino hace lo suyo.
Como consecuencia somos una sociedad apática, cuya base, aunque con mucho poder, se deja pisotear una y otra vez por no moverse.
Comencemos a movernos y continuemos durante toda la vida si no queremos retroceder como ahora lo estamos haciendo. Comencemos a no votar ni a PP ni a PSOE, ni a CCOO ni a UGT en las sindicales. Quizá sea mejor no votar o votar nulo. Dejemos de consumir esa prensa vendida. Comencemos a pensar en alternativas a esa falsa sensación de libertad y democracia. Comencemos a mejorar cada uno de nosotros.
Hablemos, protestemos, dialoguemos... Movámonos. Aunque creo que lo único infalible para que la gente se mueva es una fiesta, que de resaca no nos preocupa la crisis.