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Con los años uno se vuelve más lento. ¿Serán los años, la mentalidad, las piedras del camino o un poco de todo?
Gritando al viento
Allí se oculta y desde allí observa. El viejo alumno ya ha olvidado los pasos que lo condujeron a su guarida, ajenos pasos quizá pues sólo es un sarmiento sin ser acebuche.
Un nuevo curso y un nuevo alumno ocupa su lugar, tan diferente es igual. Contempla las grietas de la pizarra sin levantar la mano pues desde la escarpada altura lo único que sabe hacer es gritar al viento.