El último pupitre

Recuerdo oir habitualmente a mi madre ese dicho que dice: de lo que veas, la mitad creas.

Y es que, por desgracia, estamos en medio de una madeja de intereses de tal magnitud, que raramente podremos estar seguro de discernir los hilos que nos llevan a la verdad de los que nos enredan en mentiras interesadas.

Creo que el ser humano es el más claro ejemplo de dualidad y contradicción. Si a menudo saca sus más bajos instintos, por suerte en ocasiones se atreve a seguir la peligrosa senda de la justicia. Como ejemplo de esta positiva cualidad humana podemos destacar a Julian Assange, fundador de WikiLeaks, y a todos los que colaboran con este reducto de información libre.


Hoy por hoy, WikiLeaks es un grano en el culo de los grandes gobiernos y estamentos. Perseguido incluso por el mismo Pentágono, hasta tal punto molesta esta web que se teme por la seguridad de su fundador. 

El peligro público número uno es, y siempre ha sido, el que se atreve a cuestionar las reglas del juego. WikiLeaks saca a la luz las vergüenzas escondidas por aquellos que se creen con derecho de manejar los hilos de nuestras vidas, y eso es muy peligroso para el statu quo que les interesa mantener. Más información aquí o, por ahora y por suerte, buscando un poco en Internet.


Confío en que WikiLeaks sea cada vez más reconocida para que puedan seguir dando luz a nuestra lóbrega caverna.