Limpiando la casa

Posted: 10/6/11 by Dat in Etiquetas: , ,
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Siguiendo la temática de mi anterior entrada, "Sin enchufes no hay calambrazos", continúo desentrañando el curioso mundo de las mudanzas.

En las mudanzas, el nuevo dueño necesita conocer el funcionamiento de la casa, y para ello precisa de la ayuda del antiguo señor. Parece lógico disponer de un tiempo para el traspaso de toda esa información, ¿no es cierto?. Seguro que sabéis de lo que hablo, el que más y el que menos habrá cambiado de trabajo alguna vez, compartiendo mesa durante un par de semanas con su sustituto o persona a sustituir.

En ocasiones, el inquilino que abandona una casa quiere dejarla en buen estado para el nuevo habitante. Por eso se esmera en limpiar hasta dejarla resplandeciente. Pero muchas veces la casa tiene tanta mierda que al final acaba debajo de la alfombra. Es cierto que hay gente que mantienen la casa siempre limpia pero todos sabemos que son una especie en peligro de extinción.

Y así, en lugar de compartir la casa para el traspaso de información, lo que ocurre realmente es que el nuevo hombre de la casa espera en el umbral, aporreando la puerta mientras dentro apuran sus últimos días de limpieza. Y fruto de ese derroche de pulcritud los contenedores se llenan de finas tiras de papel pero no queda ni rastro de huellas de barro en el suelo. Ahora ya sí, el nuevo inquilino puede entrar en la casa sin limpiarse los zapatos en el felpudo. Ya tendrá tiempo de limpiar sus huellas.

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