El último pupitre

Hace unos días podíamos ver noticias como ésta:
El PP aventajaba en 7,9 puntos al PSOE antes del cambio de Gobierno, según el barómetro del CIS. Como la noticia relata, el barómetro "concede un 42,2 por ciento de voto estimado al partido de Rajoy y un 34,3 por ciento al partido liderado por José Luis Rodríguez Zapatero". Estos resultados provienen después de la ponderación que hacen los sociólogos del CIS, es decir, no son los porcentajes reales de las respuestas recibidas.

Al margen de que siempre tengo muy presente lo que siempre ha dicho mi madre ("de lo que veas, la mitad creas"), le he echado un vistazo a la página del CIS. Aquí pongo el enlace donde se puede visitar los resultados del barómetro de octubre de 2010.

Hay encuestas que dicen mucho sobre el panorama actual pero la primera que busqué fue la pregunta 22: Suponiendo que mañana se celebrasen elecciones generales, es decir, al Parlamento español, ¿a qué
partido votaría Ud.? En ella podemos ver los porcentajes reales de los encuestados y hay algunos datos que me llaman la atención y que no parecen interesar nunca a los medios de comunicación:
PSOE          18,7%
PP               24,8%
En blanco     5,5%
No votaría  16,3%

Acaso no es significativo que la gente que no votaría y que votaría en blanco sumen un respetable 21,8% de los encuestados (extrapolando, más de la quinta parte de la población).

Otros datos significativos son sin duda la nula valoración que tenemos de todos los líderes políticos. No se salva ni el Gobierno ni la oposición, ni la madre que los parió. Y si no buscad las preguntaa 20 y 21, en las que tanto Zapatero como Rajoy sobrepasan el 30% de personas a las que les inspiran poca confianza y el 40% de los que no les inspiran ninguna confianza.

Con todos estos datos, que por otro lado no son nada inesperados, podríamos reflexionar de esta manera: si el PP aventaja al PSOE en 7.9 puntos sólo puede ser porque el PSOE tiene 7.9 puntos negativos.

Lo peor es que aunque más del 70% no confiemos ni en Rajoy ni en Zapatero la gente irá por costumbre a votar a esos en los que no creemos. Y así, seremos de nuevo los ciudadanos los que tendremos puntos negativos.