El mundo capitalista y su querido Mercado van viento en popa (bancos, constructoras, grandes corporaciones, el FMI, los gobiernos, la corrupción en todos los estamentos...).
Nos convencen de que nosotros (el pueblo) también estamos bien y nos invitan a consumir más de lo que ya lo hacemos. Compramos casas, coches nuevos y pedimos créditos para esas cosas de ricos que ahora podemos tener nosotros.
Como ya ha pasado tantas veces, todo se va sin remedio a la mierda pero en el camino todos ponemos nuestra más amplia sonrisa y miramos hacia otro lado.
Por fin llega lo inevitable y la idílica burbuja en la vivíamos estalla, precipitándonos todos sin remedio. Algún iluso creyó entonces que, una vez en el suelo, al menos ya no podríamos caer más.
Pero entonces, sale a la luz toda la mierda que los cuatro que controlan el mundo han generando tras jugar con nuestro dinero y con nuestro futuro. Ahora ya sabemos que nos ahogamos en la poza aséptica de esos cuatro gordos. Unos gordos que, gracias a nosotros y a nuestra pasividad, han engordado un poco más mientras el resto se desnutría día a día.
Estamos de deudas hasta el cuello, sin trabajo, sin esperanzas... Nos dicen que nos apretemos el cinturón y que ahorremos. Pero contradictoriamente que sigamos gastando para reactivar la economía. Nos amenazan con subidas de impuestos, bajadas de sueldos, reformas laborales con recortes para el trabajador. Ayudan con nuestro dinero a aquellos que llevan robándonos toda la vida y que nos han metido en este lodazal.
Mientras tanto, permiten EREs a empresas que luego obligan a sus trabajadores a hacer horas extras. Siguen gastando nuestro dinero en armamento, en guerras, en sueldos astronómicos, en gastos inútiles y no hacen nada por recuperar el dinero que todos les dimos a esos bancos y grandes empresas aunque éstos tengan grandes beneficios...
Y si todo esto no nos parece suficientemente humillante, nos piden que no hagamos huelga porque es contraproducente, que vayamos a votar porque es democráticamente responsable. Nos gritan que bajarán los sueldos, pensiones, prestaciones de desempleo, que recortarán en educación y en sanidad, en definitiva que el gran perdedor será el gilipollas de siempre: tú.
Creo que ya se han reído demasiado de nosotros. Estamos asistiendo a unos recortes sociales impresionantes y nos quedamos atónitos sin hacer nada. Nos van a quitar todo por lo que nuestros antepasados lucharon vertiendo su sangre. Pronto seremos más pobres y con menos derechos. El mundo, y en especial, una Europa orgullosa de sus derechos sociales, debe hacer frente a este despropósito antes de que sea tarde. Ya estamos cerca de que lo sea así que súbete los pantalones, límpiate la mierda que nos han hecho tragar y muévete.