Está claro que no es buena señal que en poco más de un año y con dos gobiernos diferentes volvemos a necesitar esto. Ya he tratado mucho este tema en el blog y fuera de él y me temo que tendré que seguir mucho más tiempo.
Después de muchos años viendo películas de todo tipo y de analizar cómo nos comportamos en la vida real, he desarrollado una teoría. Había pensado hacer una tesis sobre el tema pero, con el lío que tengo en la cabeza con lo de Bolonia, mejor lo escribo aquí en el último pupitre.
Entiendo que al ver una peli nos vemos atraídos a meternos en el pellejo del protagonista, al fin y al cabo, suele ser el que más sale en la película, será que el roce hace el cariño. De hecho, me cuesta mucho imaginar una situación en la que salga un niño del cine diciendo "yo quiero ser el extra nº 3 que cruza la calle durante el tercer tiroteo". Sería raro, ¿verdad?
Pues sí, solemos querer ser ese personaje porque, entre otras cosas, hemos aprendido que suele salir triunfante de cualquier situación. A quién no le gustaría ser guapo, inteligente, encantador... a quién no le gustaría ser el héroe del partido... a quién no le gustaría ser el que se lleve a la chica o chico... ¡Pues claro que sí, a mí también!
Además, ¡es que el protagonista sale de cualquier apuro! Que está rodeado de serpientes venenosas en una gruta que se derrumba y al salir le espera un ejército entero que quiere matarlo, no pasa nada, él siempre sale triunfante.
Será por culpa de la televisión, de Megaupload o de Berlusconi, no lo sé, pero de tanto ver películas al final vivimos la vida como si de una superproducción de Hollywood se tratara, que las de Garci deprimen demasiado. Y cómo no, puestos a elegir elegimos ser el protagonista. Hala, así, sin casting ni nada; aunque seamos feos, bajitos, tontos y no nos comamos un colín; ¡qué coño!, ¿no hay que ser optimista y quererse a uno mismo?
Pero siento ser yo el que os lo diga, amigos, no esperaré al final de la peli para revelaros la cruel verdad. Casi nunca podemos elegir quién queremos ser en la peli. No niego que en esta vida haya muchos protagonistas pero lo cierto es que por cada protagonista hay millones de extras y tú eres un extra, eres prescindible. Seguramente perderás el partido. Tú eres sólo uno más de la base de la pirámide y si al ver como caen los que te rodean piensas que al final, sin saber cómo, saldrá todo bien para ti, eres un iluso.
Créeme si te digo que probablemente tú también caigas y no puedas recibir ayuda porque ni quedará nadie para socorrerte ni tú serás el protagonista.
Ya que tengo tan olvidado este blog, al menos que sea una gran efeméride la que me haga volver por aquí.
Espero que hoy, cuando celebramos el 200 aniversario de la primera Constitución de España y la tercera de la historia de este planeta, pensemos un poco en como nos estamos cagando en la que tenemos ahora.
Esperemos que siempre podamos gritar, !viva la Pepa! Luchemos porque podamos hacerlo en libertad y habiendo recuperado los derechos que no están robando.