¿Nos daremos cuenta de una vez por todas de que no hay países buenos y malos?, ¿que no hay culturas buenas y malas ni creencias buenas y malas?
Lo que hay es mucho cabrón suelto. Y de todos esos hijos de puta, unos cuantos tienen tanto poder que pueden permitirse alardear de serlo.
Al margen de esa obra de teatro de pase permanente, el mundo asquea de tan abismal diferencia entre clases, y a veces, los desheredados de este mundo, con el cinturón apretado hasta la hebilla, dejan de oír el rugir de sus tripas y se lanzan a la calle a la caza del cabrón. Y todo sabemos que cuando se arma la grande, ¡maricón el último! Y es así donde nuestro entrañables cabroncetes, los que nos dan circo, empiezan a desmarcarse, que es el eufemismo de traicionar. Traicionar a esos cabrones, los aliados, los socios. Y es que, aunque nuestros dirigentes sabían desde el principio que eran dictadores despiadados que oprimían y llevaban a su población a la miseria, el problema es que ahora nos hemos enterado los demás. Ya se sabe, nunca es buena propaganda que nos asocien a un cabrón. Porque por mucho que nos intenten explicar que nos ponen el petróleo a buen precio, cabrón es una palabra muy fea y mientras suena el bla, bla, bla de fondo, nosotros sólo oímos CABRÓN. Y, aunque a veces parezcan un poco border-line, nuestros dirigentes saben que eso no es bueno para sus carreras.
Con este panorama, nuestro queridos hijos de puta, que también tienen lo suyo, a duras penas se han desmarcado de varios de esos cabrones: Mubarak en Egipto, Gadafi en Libia (caso especial de este espécimen, pues ha pasado de cabrón a socio y de nuevo a cabrón). Recordemos que otros en su momento también fueron aliados: Saddam, los Talibanes... Y aún seguimos siendo amigos de muchos otros: Túnez, Marruecos (con su población y también con la del Sahara Occidental )... Arabia Saudí, China... y más, y más...
¿Alguien sigue con la duda? Yo ya lo tengo claro, no hay países buenos y malos, ni cabrones buenos y malos, hay intereses económicos para unos pocos que suelen joder a una o varias poblaciones. Y sí, a ti también te están jodiendo.